viernes, 26 de febrero de 2016

La creación artística como proceso psicobiosociológico superior humano.

Siempre me ha parecido fascinante el funcionamiento del cerebro humano. Cómo es posible que a partir de células más o menos simples, reacciones químicas e impulsos nerviosos seamos capaces de poner en marcha una maquinaria  tan compleja como el cuerpo humano. Y dentro de las posibilidades que nos ofrece nuestra masa gris, mas asombroso aún me parece cómo una persona puede crear algo de la nada, cómo podemos inventar algo que antes que no existía sin más sostenes que nuestra imaginación y la experiencia de realizar procesos análogos, similares pero no idénticos.

Como apasionado de la música, estas reflexiones me han llevado a pensar cómo los genios artísticos componen sus canciones. Porque cada maestrillo tendrá su librillo, pero debe existir algún procedimiento general, una aproximación al hecho creativo que sea reconocible en diferentes disciplinas y estilos. Me imagino al autor en su soledad, enfrentandose al folio en blanco, recurriendo a las musas de la inspiración, apoyándose en sus conocimientos para sacar adelante la genial idea que se va gestando en su cabeza. ¿Dibujará una línea melódica, estudiando los patrones rítmicos que refuerzan mejor la semántica del mensaje verbal? ¿Estudiará la riqueza armónica asociada a nuestra cuestión cultural para aplicar los arreglos que sirvan para evocar las emociones más cercanas a su intención? ¿Elegirá los timbres instrumentales con cuidado de completar el espectro sonoro y no provocar sensaciones incoherentes? ¿Cómo encuentra cada palabra precisa, métrica y tonalmente hablando sin menoscabo del sentido de su mensaje?

En estos pensamientos estaba yo navegando a la deriva cuando un video vino a iluminarme. Me he propuesto verlo cada vez que me vea atascado en mi incapacidad, porque ahí está la inspiración.




¡¡VIVA LA MANDANGA!!

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